El calor es un problema grave en Arizona, especialmente en Phoenix: es una de las ciudades que más rápido se calienta en los Estados Unidos. El cambio climático está aumentando los niveles de calor, con temperaturas que alcanzan los 118 grados Fahrenheit (alrededor de 48 grados centígrados) en los veranos más recientes.
Este calor tiene un costo. Según una evaluación económica de 2021, encomendada por una organización ambiental sin fines de lucro llamada The Nature Conservancy, los residentes del área metropolitana de Phoenix gastan alrededor de $7.3 millones de dólares cada año en visitas a la sala de emergencias y en hospitalizaciones debido a enfermedades relacionadas con el calor. Las poblaciones socialmente vulnerables (digamos, personas sin vehículos, con discapacidades, adultos mayores, personas en situación de pobreza y personas con dominio limitado del inglés, por nombrar algunas) tienden a llevar una carga más pesada.
Este patrón se puede encontrar alrededor de los Estados Unidos. Un informe de 2021 de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) encontró que las comunidades marginadas se ven perjudicadas de manera desproporcionada por el cambio climático y sus más graves consecuencias, como el empeoramiento de la calidad del aire, temperaturas más altas e inundaciones severas.
En Phoenix, los investigadores encontraron que los vecindarios predominantemente latinos y de bajos ingresos sobrellevan temperaturas más altas, especialmente en las áreas del suroeste de la ciudad, donde las temperaturas mostraron ser de 3 a 5 grados Fahrenheit más cálidas en promedio que en las áreas ricas con poblaciones predominantemente blancas. Estos vecindarios también tienden a verse afectados por políticas públicas como el redlining y la desinversión, que los han dejado con menos árboles de sombra y parques para refrescarse.
Chispa AZ es una organización de justicia climática que se enfoca en aumentar el poder político y el compromiso cívico en las comunidades latinas. En abril de 2022, el grupo lanzó la campaña “Limpia y Verde” para ayudar a los residentes a impulsar conversaciones sobre políticas e inversiones comunitarias.
En esta entrevista, Masavi Perea, el director de organización de Chispa AZ, comparte por qué la organización está trabajando para garantizar que las voces de los residentes se incluyan en las políticas públicas y los esfuerzos de resiliencia climática desarrollados por los gobiernos locales.
Esta entrevista ha sido editada y condensada con fines de publicación.
Yale Climate Connections: ¿Podría contarnos cómo Chispa AZ se interesó en llevar a cabo este esfuerzo?
Masavi Perea: Antes de que comenzara la pandemia, Chispa AZ participó en un experimento de reducción de calor que nos llevó a trabajar con The Nature Conservancy, la Universidad Estatal de Arizona y funcionarios del Departamento de Salud Pública del Condado de Maricopa para abordar el calor urbano extremo en vecindarios específicos: Edison-Eastlake, Mesa Care y Lindo-Roesley Park.
Los residentes de estas comunidades no solo eran propensos a las enfermedades relacionadas con el calor, sino que también se quejaban de la falta de inversión en los parques y áreas de juego de su vecindario.
Nuestro aporte fue trabajar junto con otras organizaciones comunitarias para movilizar a los residentes locales para que compartieran sus ideas y las necesidades sobre lo que debía abordarse con tal de crear espacios de enfriamiento e infraestructura verde.
Como parte de los resultados, estos vecindarios ya cuentan con servicios diseñados por sus residentes, algunos de los cuales ya brindan agua para tomar y sombra en los parques, en las paradas de autobús, aceras y áreas de juego, que antes no podían usar con tanta frecuencia. Otra parte del resultado es también una comunidad orgullosa de participar en la creación de estos espacios y que utilizan porque ya sirven a sus necesidades. El proyecto nos enseñó que las voces de las personas deben incluirse en el proceso de toma de decisiones para abordar con éxito los problemas, como el cambio climático.
Entonces, la campaña es la forma en que damos seguimiento a ese experimento de reducción del calor a la vez que buscamos equidad en un sistema que tiende a descuidar a los residentes y comunidades más vulnerables.
YCC: ¿Cuáles son los componentes de equidad incluidos en la campaña Limpia y Verde?
Perea: Además de la revitalización del vecindario y la creación de más sombra en los parques y áreas de juego para reducir las altas temperaturas que experimentamos hoy en día en Maricopa, nos estamos enfocando en problemas históricos que afectan a las comunidades latinas, como la segregación y el redlining.
El condado de Maricopa, Phoenix en particular, tiene muy mala circulación de aire. Es como un hoyo con mucho tráfico en las autopistas y desechos de áreas industriales. Los residentes latinos están densamente ubicados en el sur en las áreas más contaminadas. Y por diseño, estos son los vecindarios donde la mayoría de las personas que no pueden acceder a trabajos con mejor paga pueden permitirse vivir.
Así que no es solo el calor extremo con el que lidiamos en la ciudad. También nos ocupamos de la mala calidad del aire y la gentrificación. Por eso, la campaña Limpia y Verde también se enfoca en monitorear los contaminantes del aire en estos vecindarios y en la regulación de los alquileres para que los residentes con menos recursos no tengan que salir de su comunidad.
Durante la pandemia, hemos visto que los proyectos inmobiliarios y las mejoras están impulsando el aumento de los alquileres, y las familias están siendo desplazadas a las secciones menos costosas y más contaminadas de la ciudad. Y no queremos eso para nuestra gente.
YCC: Entonces, ¿cómo han estructurado la campaña?
Perea: Limpia y Verde se lanzó el Día de la Tierra con miembros de Chispa AZ visitando eventos públicos y reuniéndose dentro de las comunidades para realizar encuestas en línea. La idea es que estas encuestas nos ayuden a comprender cuáles son los problemas que están afectando el día a día de los residentes.
Además de las preocupaciones ambientales y de salud que he mencionado, hemos aprendido que los residentes también necesitan mejor iluminación en las calles y aceras, agua potable en los parques y centros recreativos, horarios extendidos hasta después del horario de trabajo para visitar los parques infantiles y más, hasta este momento.
YCC: ¿Qué espera Chispa AZ lograr con Limpia y Verde?
Perea: Hemos compartido estas ideas con funcionarios locales a nivel de ciudad y condado, con la esperanza de que las voces de la comunidad se incluyan y se prioricen en el proceso de toma de decisiones.
La ciudad de Phoenix aprobó $500 millones en bonos para financiar necesidades críticas como la revitalización de parques, la construcción para la resistencia a tormentas y el desarrollo de viviendas asequibles. Sabemos que los gobiernos locales no pueden darse el lujo de perder el conocimiento y la experiencia de primera mano de los residentes.
Las personas que mejor saben cómo abordar el cambio climático y estos problemas sociales están dentro de estas comunidades, las más perjudicadas. Por lo tanto, este es el momento para garantizar que las dinámicas de poder no impidan que las políticas y los programas logren acertar en lo necesario.