Los recientes incendios en Los Ángeles han afectado gravemente a diversas comunidades, con un impacto significativo en la población hispana. Un informe del Instituto Latino de Políticas y Política de la UCLA, en colaboración con el Centro de Conocimiento Vecinal de la misma universidad, destaca que los incendios forestales en Palisades, Hurst y Eaton han tenido consecuencias que van más allá de las zonas de evacuación, afectando de manera desproporcionada a los latinos y otras comunidades vulnerables en el condado de Los Ángeles y sus alrededores.
Esta vulnerabilidad se debe, en parte, a que los latinos constituyen una proporción considerable de los trabajadores en ocupaciones al aire libre, como la construcción y la agricultura, lo que los expone a riesgos adicionales durante los incendios. Según el análisis, el 17% de los residentes en barrios latinos trabajan en estos sectores, en comparación con solo el 6% en vecindarios blancos. Esta exposición no solo incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias debido al humo y las malas condiciones del aire, sino que también provoca pérdidas económicas significativas debido a interrupciones laborales causadas por los incendios.
“Los incendios no afectan a todos por igual”, dijo la abogada de derechos civiles Sonja Díaz, cofundadora y exdirectora del Instituto de UCLA, durante un panel virtual sobre los hallazgos del estudio. “No se trata necesariamente de dónde vive la gente, sino de la interrupción que causan”.
El cambio climático y el aumento de incendios
Un estudio de la iniciativa World Weather Attribution, un grupo de científicos que analiza el papel del cambio climático en este tipo de desastres, concluye que el calentamiento global ha incrementado la probabilidad de que ocurrieran los incendios de Palisades y Eaton en Los Ángeles. Estos incendios, que cobraron la vida de al menos 28 personas y destruyeron más de 16,000 inmuebles, han sido descritos por la organización como “los más destructivos en la historia de Los Ángeles y potencialmente los más costosos en la historia de Estados Unidos”.
El informe de WWA señala que estos incendios se propagaron rápidamente y fueron difíciles de contener debido a la influencia de los excepcionalmente fuertes vientos de Santa Ana. Estos vientos secos, que ocurren en la costa sur de California cuando el aire fluye desde las montañas del interior hacia la costa, suelen presentarse entre octubre y marzo, como resultado del enfriamiento sobre la Gran Cuenca, lo que da lugar a la formación de un sistema de alta presión.
Desplazamiento y desigualdad en la comunidad latina
El mismo informe estima que al menos 74,000 latinos fueron desplazados o estuvieron en riesgo de desplazamiento debido a los incendios forestales en el condado de Los Ángeles. Según el censos de 2024, hay aproximadamente 4,741,989 residentes de esta área que son hispanos o latinos. Hasta el 8 de enero de 2025, se estimó que 323,000 angelinos fueron afectados, de los cuales uno de cada cuatro era latino. “Estamos viendo un impacto desproporcionadamente alto”, dijo Díaz. “Estos hogares y trabajadores se encuentran en sus años más productivos”.
El informe también evidencia disparidades demográficas en las zonas de evacuación. Mientras que los residentes blancos constituyen el 52% de la población afectada, el impacto en la comunidad latina varía según la ubicación:
- Incendio Hurst en Sylmar: Los latinos representaron el 33% de los afectados.
- Incendio Eaton: La población afectada fue más diversa, con 27% de latinos, 18% de asiáticos y 43% de residentes blancos.
- Incendio Palisades: Tuvo la mayor concentración de residentes blancos (79%), con una representación mínima de latinos y asiáticos (7% cada uno).
Estas disparidades reflejan inequidades sistémicas en salud ambiental y acceso a recursos, lo que sugiere una mayor vulnerabilidad de las comunidades latinas ante desastres naturales.
Salud y contaminación: un problema agravado por los incendios
Las desigualdades preexistentes en salud y contaminación amplifican los impactos de los incendios forestales en los residentes latinos de Los Ángeles. Aunque muchas comunidades latinas no se encuentran directamente dentro de las zonas afectadas por el fuego, su exposición a la contaminación ambiental preexistente hace que sufran los efectos en su salud de manera desproporcionada.
Según Díaz, los latinos son el grupo racial/étnico con menos acceso a seguros de salud en el país, lo que ya dificulta su acceso a la atención médica. “Los latinos en el condado viven en lugares donde es el doble de probable que haya mayores niveles de contaminación y problemas de calidad del aire”, señaló.
Según el mismo informe, los residentes de barrios latinos ya enfrentan niveles elevados de contaminación, con una exposición al material particulado diésel que es el doble de la registrada en los vecindarios blancos. Esto contribuye a importantes desigualdades en salud, como un promedio de 67 visitas a la sala de emergencias por asma por cada 10,000 personas en vecindarios latinos, en comparación con 25 por cada 10,000 en vecindarios blancos. La adición del humo de los incendios forestales agrava estas condiciones preexistentes, aumentando aún más los riesgos de salud en estas comunidades.
Barreras sistémicas que dificultan la recuperación
Las barreras estructurales agravan los efectos de los incendios forestales en las comunidades latinas de Los Ángeles. Han demostrado que los pequeños negocios y hogares latinos enfrentan brechas significativas en la preparación para emergencias y tienen un acceso limitado a programas de apoyo durante crisis.
Según la encuesta Wildfires and Latino Communities: Health, Economic, and Preparedness Challenges, casi un 28% de los pequeños negocios encuestados en California informaron no contar con seguro contra inundaciones, terremotos o incendios, a pesar de que este tipo de cobertura ofrece protección financiera en situaciones de desastre.
Además, según la encuesta, las deficiencias en los sistemas de gestión de emergencias han fallado históricamente en abordar las necesidades específicas de las comunidades latinas, lo que ha generado desconfianza y ha desalentado la búsqueda de asistencia en casos de desastre. Estos desafíos se ven agravados por:
“Este desastre está ocurriendo en circunstancias políticas muy difíciles, donde los inmigrantes y sus familias no se sienten cómodos buscando ayuda por temor a acciones de cumplimiento de la ley”, explicó la abogada Díaz.
Desigualdad en el acceso a la salud
El seguro de salud, un recurso fundamental en tiempos de crisis, permite el acceso a atención médica, tratamiento de lesiones y manejo de enfermedades crónicas que pueden empeorar debido a factores ambientales como la mala calidad del aire. Sin embargo, existen marcadas desigualdades en la cobertura de seguro médico tanto a nivel individual como comunitario.
En el condado de Los Ángeles, el 14% de los residentes en vecindarios latinos no cuenta con seguro médico, en comparación con solo el 3% en vecindarios blancos. Estas brechas en el acceso a la salud pueden dificultar el tratamiento oportuno de enfermedades respiratorias y otros problemas derivados de la exposición al humo, exacerbando los efectos a largo plazo de los desastres en las comunidades más afectadas.
Los incendios en Los Ángeles han expuesto nuevamente las desigualdades estructurales que enfrentan las comunidades latinas, desde su mayor vulnerabilidad a la contaminación ambiental hasta la falta de acceso a recursos esenciales durante emergencias. La intersección de estos factores ha generado un impacto devastador, donde las barreras económicas, de salud y burocráticas dificultan la recuperación.
Si bien la crisis climática ha intensificado la frecuencia y severidad de los incendios, también ha hecho evidente la necesidad de políticas inclusivas que garanticen protección, información y acceso a ayuda humanitaria para todos los afectados.
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