Querida Sara,
¿Cómo afectará el cambio climático la salud pública en mi estado natal de Carolina del Norte en los próximos 20 o 30 años? – Katie B. en Virginia
Esta pregunta es personal para mí, porque Carolina del Norte es donde me crié y sigue siendo mi hogar. Pero mi respuesta es relevante para todos en los Estados Unidos, no solo para los residentes del estado de Tar Heel, así que escuchen.
Un informe federal advierte que si no tomamos medidas, el cambio climático podría causar miles de muertes prematuras cada año en los Estados Unidos para fines de siglo.
Una de las mayores amenazas es el calor.
Hora del cuento: Crecí en la década de 1990 en Durham, Carolina del Norte, donde los días de verano eran sinónimo de calor pegajoso. Para mantenernos frescos, mis hermanos y yo pasábamos casi todas las tardes nadando en nuestra piscina comunitaria. Pero al anochecer, la temperatura bajaría. A menudo era lo suficientemente cómodo al aire libre que podíamos aventurarnos en nuestro patio trasero, donde capturábamos luciérnagas en frascos y jugábamos feroces juegos de atrapar linternas.
Compare eso con la vida en el centro de Carolina del Norte hoy. Los días de verano siguen siendo calurosos, pero cuando se pone el sol, las temperaturas no descienden tan rápidamente. La pérdida de este descanso nocturno hace que el calor se sienta implacable.
Este no es un caso de nostalgia que hace que mi memoria se vuelva borrosa. Como muestra este gráfico de la Cuarta Evaluación Nacional del Clima , la cantidad de noches inusualmente cálidas, cuando la temperatura nunca cae por debajo de los 75 °F, se ha disparado en el sureste.
A diferencia de la mayor parte del mundo, las temperaturas máximas diurnas en el sureste no se han calentado mucho desde 1900. Pero los científicos esperan que tanto los días como las noches se vuelvan más calurosos en el futuro, en el sureste y en otras partes del mundo, exponiendo a más personas a temperaturas peligrosas.
Cómo el calor daña nuestra salud
El calor extremo no solo es incómodo. Es malo para nuestra salud, y en algunos casos conduce a emergencias médicas como un golpe de calor.
Las olas de calor también ejercen presión sobre nuestros cuerpos. Y cuando las altas temperaturas persisten durante la noche, nuestros cuerpos no tienen la oportunidad de refrescarse y recuperarse, lo que aumenta la tensión.
El peligro es particularmente agudo para aquellos con ciertos problemas de salud crónicos. En los días calurosos, los paramédicos y trabajadores de hospitales tienden a ver un aumento en el número de personas que sufren complicaciones cardiovasculares y respiratorias, insuficiencia renal, parto prematuro y otras afecciones.
El Dr. Mark Link, cardiólogo de UT Southwestern Medical Center en Dallas, planteó el problema en términos claros: “Cuando tienes olas de calor”, dijo, “hay un aumento en la muerte cardíaca súbita que probablemente esté directamente relacionada”.
Entonces, si no hacemos nada con respecto al cambio climático, ¿Qué tan mal podrían empeorar las cosas? Un estudio calculó que para fines de la década de 2050, las olas de calor en el este de Estados Unidos podrían causar aproximadamente 3600 muertes cada año, 19 veces el número estimado de muertes por olas de calor a principios de la década de 2000. (Por el contrario, si reducimos sustancialmente las emisiones de gases que atrapan el calor, habría alrededor de 1400 muertes anuales relacionadas con el calor, calcularon los investigadores).
Ni siquiera he mencionado la plétora de otras formas en que el cambio climático podría enfermarnos. Además de un número cada vez mayor de olas de calor, podemos esperar ver temporadas de alergias más largas, un aumento de la contaminación del aire, más desastres meteorológicos que amenazan la vida, un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por vectores y tensiones adicionales para nuestra salud mental.
No tiene que ser así
La ironía es que abordar el cambio climático hoy no solo reduciría el riesgo de problemas de salud dentro de algunas décadas. Muchos de los pasos para abordar el problema producirán beneficios inmediatos para la salud pública.
1. Eliminar gradualmente las centrales eléctricas que queman carbón y reemplazarlas con fuentes de energía más limpias
Las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles contribuyen al cambio climático al emitir gases que atrapan el calor. También liberan otros contaminantes del aire, como dióxido de azufre, mercurio y partículas finas, que contribuyen a la aparición de enfermedades. Como resultado, cerrar las plantas puede conducir a mejoras de salud a corto plazo.
Por ejemplo, después del cierre de ocho plantas de carbón y petróleo en California, los investigadores descubrieron una disminución en la tasa de nacimientos de bebés prematuros cerca de las plantas. Otro estudio encontró que a medida que la energía eólica y solar desplazó a los combustibles fósiles entre 2007 y 2015, la reducción resultante en la contaminación del aire evitó miles de muertes prematuras en el país.
Es importante destacar que las decisiones sobre si cerrar las centrales eléctricas a menudo se toman a nivel local, no por el gobierno federal. El Sierra Club ha estado trabajando en este ángulo durante años en su larga búsqueda para acabar con la dependencia estadounidense del carbón.
2. Conducir menos, caminar y andar en bicicleta más
Cuando una comunidad urbana tiene más carriles para bicicletas y mejores aceras, es más fácil sacar a las personas de sus autos y hacer que caminen y anden en bicicleta. Los desarrollos cuidadosamente planificados que colocan casas, negocios, parques, escuelas y centros de transporte cerca unos de otros también alientan a las personas a dejar sus automóviles atrás.
Cuando las personas conducen menos, reducen sus contribuciones al cambio climático. Caminar y andar en bicicleta, por supuesto, también ofrecen los beneficios para la salud del ejercicio. Un estudio de los Países Bajos, donde andar en bicicleta es común, encontró que las personas que andan en bicicleta regularmente viven un promedio de seis meses más que los no ciclistas.
Al igual que con las centrales eléctricas, la mayoría de las decisiones sobre carriles para bicicletas, aceras y nuevos desarrollos se toman a nivel local!Compromiso cívico local: subestimado pero realmente crucial!
3. Plantar árboles
Los árboles absorben y almacenan dióxido de carbono, lo que ralentiza el ritmo del cambio climático. También proporcionan sombra que refresca el área local, reduciendo los impactos de las olas de calor y absorben la contaminación del aire. Un estudio de los efectos de los árboles en la salud humana en los Estados Unidos calculó que, en 2010, los beneficios de los árboles para filtrar el aire valían $6.8 mil millones. Ciudades como Louisville, Kentucky , San Fernando, California y la ciudad de Nueva York están plantando árboles como parte de sus esfuerzos para responder al cambio climático. Entonces, si está buscando una manera de mejorar la salud de su comunidad y reducir el calentamiento del planeta, su oportunidad podría estar tan cerca como su jardín.
Traducido por Climate Cardinals y Perla Marvell.