Puerto Rico ha experimentado un aumento alarmante de muertes en los últimos dos años causadas por condiciones cardiovasculares, diabetes y problemas de salud mental como sobredosis, alcoholismo y demencia. Hay varias razones para esto, pero la Quinta Evaluación Nacional del Clima, publicada el mes pasado, advirtió que los huracanes más intensos y frecuentes, así como otros eventos climáticos extremos causados por el cambio climático, probablemente traerán más enfermedades, mayor mortalidad y una disminución general de la calidad de vida para los ciudadanos en Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos.
“Quizás somos de los menos responsables por el cambio climático, pero estamos siendo de los más impactados.” Dijo Pablo Méndez-Lázaro, uno de los investigadores principales del capítulo. Méndez-Lázaro es catedrático asociado en el departamento de salud ambiental de la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Ciencias Médicas, escuela graduada de salud pública.
Una complicación muy grande: Muchos profesionales de la salud se fueron de Puerto Rico después del huracán María, y la isla ha perdido el 46% de sus médicos facultativos en poco más de una década. Hospitales y programas de salud cerraron, y las dificultades empeoraron durante la pandemia de COVID-19. Un estudio realizado después de María encontró que alrededor de uno de cada 14 niños de edad escolar en la isla tenía trastorno de estrés postraumático debido al huracán.
La evaluación nacional de 32 capítulos, que se publicará en español en los próximos meses, está llena de información sobre los efectos del cambio climático y posibles soluciones en los Estados Unidos. Esta es la primera evaluación que analiza por completo los efectos devastadores de los huracanes María e Irma en las islas en 2017, y el capítulo 23 se centra en Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, examinando la crisis climática en el contexto de la situación sociológica, psicológica e histórica de esta región. Pinta un panorama más matizado y complejo que la cuarta evaluación en 2018, que se enfocó en los efectos del cambio climático en la precipitacion, los sistemas costeros y el calor extremo.
Los huracanes María e Irma causaron más de 4,000 muertes. Cinco años después, las islas de Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses aún están tratando de recuperarse. Estudios científicos muestran que el calentamiento global intensificó las lluvias torrenciales del huracán María, dejando a algunas comunidades en Puerto Rico sin agua potable y electricidad durante casi un año. “Cosas como la pobreza y la desigualdad exacerban estos eventos exteriores”, dijo Méndez-Lázaro. La tasa de pobreza promedio nacional de EE. UU. es del 12.6%, mientras que en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos la tasa es 22.8% y en Puerto Rico es del 42.7%.
Las fuertes y frecuentes tormentas han obligado a las comunidades en estas islas a incorporar la resiliencia climática en sus vidas, como la construcción de microrredes y el establecimiento de protocolos de emergencia locales en caso de que otra tormenta golpeara. “Estos eventos extremos han sido como un ‘game changer’ y han promovido unidad, estructura, organización con los líderes comunitarios y muchas organizaciones para buscar esa transformación social hacia la sostenibilidad, hacia la adaptación, hacia manejar los problemas de injusticia.” Dijo Méndez-Lázaro, y él espera que las comunidades locales y los gobiernos puedan seguir trabajando juntos para co-diseñar y buscar soluciones.
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Pero, queda mucho trabajo que hacer para mitigar y prevenir los efectos del cambio climático en estas islas caribeñas. “Aunque haya ciertos indicios de voluntad política, carecemos de recursos económicos asignados para trabajar con cada uno de los cursos de acción o las estrategias identificadas para adaptarnos.”
En Puerto Rico, se estableció una ley para la adaptación y mitigación al cambio climático en 2019. Terminaron las vistas públicas para un borrador del plan de país para enfrentar los efectos del cambio climático en diciembre de 2023. El próximo paso será someter el plan a la legislatura puertorriqueña en los próximos meses.
Sin embargo, el gobierno ha sido objeto de críticas por actuar con lentitud para hacer que la isla sea más resiliente, como no tomar medidas enérgicas contra la construcción ilegal a lo largo de la costa que pone en riesgo a los residentes en caso de que otra tormenta fuerte golpeara.
Este año el gobierno estadounidense prometió $3 millones de dólares a las Islas Vírgenes estadounidenses para combatir y adaptarse al cambio climático. El proyecto incluirá colección de datos de temperatura y recursos de agua. Los fondos también se usarán para restaurar documentos históricos que han sido dañado por tormentas y mejorar la infraestructura de los edificios que contienen estos documentos.
Según Méndez-Lázaro, los próximos pasos serán continuar expandiendo las redes de comunicación y resiliencia entre las islas caribeñas. “Nuestra intención es trabajar a nivel regional de toda la cuenca del Caribe,” dijo él.