La política es una herramienta importante para combatir el cambio climático. Y no es necesario ser un funcionario electo para participar; puedes tener un impacto simplemente hablando con uno. Una conversación informada y bien organizada con un representante federal, estatal o local, puede contribuir al avance de la legislación climática.
Pedir algo (o lobby en inglés) de un representante político significa buscar influencia; en el caso del lobby climático, tu objetivo podría ser explicar por qué crees que tu representante debería respaldar un proyecto de ley relacionado con el clima que aborda desde reducciones de contaminación hasta infraestructura limpia.
La formación formal no es un requisito previo para hacerlo, pero la orientación de expertos puede ser útil. Por lo tanto, solicitamos consejos de la experta Danielle Whyte de Citizens’ Climate Lobby, quien capacita regularmente a voluntarios sobre cómo hablar con sus miembros del Congreso. Y para obtener una perspectiva desde el otro lado de la mesa de lobby, también pedimos las percepciones de la ex miembro de la Asamblea de California y Senadora Hannah-Beth Jackson.
Aquí te ponemos los consejos para una reunión exitosa de lobby climático:
1. ¡Anímate!
Solicitar una reunión no es fácil. Aumenta tu confianza reconociendo la fuerza de tu propósito y el valor de la conexión personal.
“Tus representantes políticos son seres humanos como tú”, dijo Whyte. “Se preocupan por sus seres queridos, sus intereses y sus pasiones. Piensa en el lobby como una conversación de corazón a corazón en lugar de algo intimidante”.
Hay muchas formas de participar en una reunión de lobby, sin importar qué tipo de personalidad tengas. Por ejemplo, los introvertidos pueden tomar las notas en vez de hablar directamente con el/la representante.
2. Váyanse como grupo.
Tanto Whyte como Jackson aconsejan no hacerlo solo.
“Realmente hay fuerza en los números”, dijo Whyte. “Los funcionarios electos están constantemente en movimiento, y sus horarios son increíblemente ajustados. Es mucho más probable que acepten reunirse si saben que escucharán una diversidad de historias”.
Esto es especialmente cierto para aquellos con grandes distritos electorales, como el distrito que incluye Santa Bárbara, California, donde Jackson ejerció su cargo. “No puedes tener a un millón de personas entrando a tu oficina”, dijo. “Pero puedes reunirte con los electores cuando son parte de un grupo respetado en tu distrito”.
3. Pide una reunión.
Visita el sitio web de tus representantes. La mayoría incluye información sobre cómo contactar con ellos o con su personal. Si no estás seguro de quiénes son tus representantes, busca aquí por dirección para encontrar a funcionarios federales, estatales y locales.
En algunos casos, encontrarás información clara sobre cómo programar una reunión cara a cara. En otras ocasiones, deberás enviar un formulario por correo electrónico o llamar a un número de oficina general. Dedica un tiempo a entender cómo funciona. Comprende que no siempre podrás reunirte directamente con el representante elegido.
“Es importante recordar que el tiempo de los legisladores es muy limitado”, dijo Jackson. “En California, manejamos 2,000 proyectos de ley en cada sesión, por lo que nuestra disponibilidad para reunirnos es muy limitada y debes anticipar que las cosas cambian en el último minuto. Prepárate para la posibilidad de que te reúnas con un miembro del personal en su lugar, así que haz tu tarea para saber quién en el personal se encarga de los problemas ambientales”.
4. Define tu solicitud y luego ajústala
Muchos lobbistas ciudadanos organizan sus peticiones en torno a una legislación específica. Si no tienes un proyecto de ley en particular alrededor del cual ya estás organizando, realiza una encuesta en tu comunidad para conocer cuáles son los problemas climáticos más apremiantes para los residentes. ¿Hay una necesidad urgente de aire más limpio o un transporte público más ecológico? ¿Es la seguridad contra incendios o inundaciones un tema importante?
Una vez que hayas identificado tu problema principal, elabora los puntos clave de lo que estás solicitando, incluyendo por qué es importante específicamente para tu representante.
“Encuentra la manera de conectar tu propósito con tu pasión”, dijo Whyte. Por ejemplo, si el empleo es una de sus prioridades, destaca los posibles beneficios económicos de lo que estás solicitando, como el hecho de que los empleos en energía solar son uno de los caminos profesionales de más rápido crecimiento.
Según Jackson, es importante mostrar que no solo estás expresando tu propia opinión, sino la de una comunidad más amplia que los funcionarios electos querrían conocer. “Si tienes datos, encuestas u otras formas de mostrar el respaldo que existe para tu posición, tráelos”, dijo Jackson. “La clave es personalizar esto tanto como puedas sin ser demasiado personal”.
Finalmente, ten en cuenta posibles objeciones o debilidades en tu posición para que estés listo y dispuesto a responder.
5. Investiga sobre el funcionario electo y sus empleados.
Infórmate sobre a quién te estás reuniendo y evita hacer suposiciones.
Jackson representa una zona que ha experimentado incendios forestales catastróficos en los últimos años, por lo que las reuniones sobre el tema son comunes. Habiendo servido en el comité de gestión de emergencias durante toda su carrera legislativa, sabe mucho sobre el tema. Ella puede darse cuenta cuando alguien no ha hecho su tarea.
“Cuando alguien viene a hablar conmigo y comienza a darme información básica como si me estuviera educando, eso no me sienta bien”, dijo. “Debes saber lo que saben [los electos] y lo que no saben”.
Aplica este pensamiento también con los principales miembros del personal. “A menudo, el legislador va a depender en gran medida de la experiencia de sus empleados”, dijo Jackson. “Asegúrate de informarte sobre [tanto de los empleados como los legisladores mismos] de antemano, y luego avísales sobre… tus puntos principales de alto nivel, para que sepan de qué trata el problema”.
6. Organiza tu reunión.
La mayoría de las reuniones de lobby son bastante cortas: 30 minutos o menos. “Una reunión bien organizada es la mitad de la batalla”, dijo Whyte. La puntualidad y la organización son vitales. Elle recomiende establecer un horario con un inicio y un final claros.
7. Prepara materiales.
Equípate con algunos elementos visuales clave para mantener fresca tu solicitud después de la reunión. Como mínimo, prepara e imprime un folleto que resume lo que estás solicitando. Crédito adicional: cartas de sus electores, como tarjetas de agradecimiento por las políticas ambientales pasadas en las que han ayudado, notas de jóvenes que explican por qué el medio ambiente es importante para ellos y cartas de electores que expliquen cómo les afecta personalmente el problema, realmente son muy efectivas. “Puede ser muy poderoso tener cartas de tus electores, especialmente algunas de los más jóvenes”, dijo Whyte.
8. Muestra cortesía
Parece obvio, pero hay que decirlo: sé puntual. Mejor aún, llega temprano.
9. Durante la reunión, sigue una agenda (lo más que puedas).
Los voluntarios de Citizens’ Climate Lobby siguen un modelo general que comienza con una breve ronda de presentaciones (tu nombre, vecindario, ocupación y una breve declaración sobre el impacto climático).
Luego viene el reconocimiento de tu representante. “¿Han realizado trabajos significativos sobre el clima? Agradéceles por eso”, dijo Whyte. “O tal vez están haciendo un buen trabajo que está relacionado con temas climáticos; muestra aprecio por eso”.
“Intenta establecer una buena relación desde el principio. Diles que sabes que están ocupados, así que aprecias el trabajo que han hecho en el pasado sobre un tema en particular”, dijo Jackson. “También es agradable que sepan si los apoyaste, tocaste puertas en el vecindario para ellos, o eres un voluntario con un grupo comunitario compartido. Si tienes un contacto común que dile que les envía sus saludos, compártelo”.
A partir de ahí, el encargado del tiempo de tu grupo debería preguntar cuánto tiempo tienen hoy. Pregúntale cuánto tiempo tienes con el/la representante. Eso te ayuda a mantener un registro del tiempo durante la reunión, dijo Whyte. Si solo tienes 20 minutos pero pensabas que tenías 45, puedes proceder sabiendo que necesitarás omitir algunos detalles y alcanzar ciertos hitos en, digamos, incrementos de cinco minutos en lugar de 10. Aborda tu solicitud y mantenla en tono conversacional. Whyte recomendó usar preguntas abiertas para ayudar a guiar la discusión. Por ejemplo, podrías preguntar en qué posición se encuentra sobre el tema y qué aspecto de este proyecto de ley es más importante para él o ella.
10. Lee el ambiente con escucha activa y respeto.
Cada reunión es una aventura única, pero la escucha y el respeto siempre son apropiados. Considera los siguientes escenarios.
En uno, las cosas van muy bien y tu representante ha aceptado entusiastamente tu solicitud principal. ¡Genial! Agradécelo, pregunta si hay alguna manera en que tu grupo pueda ayudar a construir apoyo de sus colegas en la votación y luego pasa a una solicitud secundaria.
En otro, están indecisos. Indaga en su vacilación. ¿Qué mejoras le gustaría ver para respaldarlo? ¿Puede tu grupo ayudar a abordar esa preocupación? ¿O tienen preguntas que aún no has considerado? Sé honesto; di que lo investigarás y les responderás después de la reunión.
Para el escenario tres, supongamos que puedes notar que no están de acuerdo en un tema. Tal vez ya lo sabías de antemano. Siempre que enfoques la reunión con un compromiso subyacente de respeto, esto sigue siendo una oportunidad, dijo Whyte, incluso si no ganas necesariamente su voto. Para empezar, obtendrás una idea más clara de sus prioridades, lo que te dará la oportunidad de compartir otros aspectos del proyecto de ley que podrían gustarles. También puedes llegar a futuras reuniones con una solicitud que esté mejor alineada con sus preocupaciones.
Whyte también dijo que siempre hay espacio para más educación en ambos lados. “Tómate un momento para reflexionar sobre qué otros intereses podría tener tu representante que estén en juego o amenazados por la crisis climática”, dijo.
Saber esto te brinda la oportunidad de ver qué proyectos de ley climáticos podrían alinearse con su pasión central. Por ejemplo, si le preocupan las pequeñas empresas, podrías hablar sobre cómo la electrificación de edificios y la eficiencia energética ayudarían a esas empresas a ahorrar dinero.
“Es tan importante hacer esa conexión entre su clima y su pasión”, dijo Whyte.
En cualquier escenario, pregunta cómo tu equipo puede apoyarlos. ¿Pueden ayudar a difundir la palabra en la comunidad? ¿Pueden recopilar más datos?
11. Da las gracias y despídete
Agradéceles por su tiempo, ya sea a los representantes o al personal. Déjales tu folleto y tu información de contacto, y avísales cuándo harás un seguimiento.
12. Después de tu reunión, haz una reunión de evaluación con tu equipo.
“Tómate un momento con tu grupo de lobby para reflexionar sobre lo que acabas de hablar”, dijo Whyte. ¿El representante necesitaba más información sobre algo o parecía atascado en un punto en particular? Habla sobre los puntos clave tomados por tu tomador de notas, y captura las impresiones de todos mientras aún están frescas.
13. No termine ahí.
A menudo se necesitan más de una reunión de lobby para llevar a un funcionario electo hacia la posición que deseas que tengan. Haz un seguimiento con el representante electo o el personal.
El lobby es más poderoso cuando se reúne múltiples veces. Toma tus lecciones aprendidas, vuelve a salir a la comunidad para hacer nuevas preguntas y supervisa las políticas relacionadas para tener ideas frescas cuando te vuelvas a reunir.
Mover la aguja en la política climática
Estas tácticas se aplican ya sea que te estás reuniendo con un representante local, estatal o federal. Al final, es la misma fórmula”, dijo Whyte. “Se trata de respeto, escucha activa y comunicación abierta”.
No siempre vas a salir de una reunión con la promesa de apoyar tu causa, pero saldrás sabiendo que has ayudado a promover el liderazgo climático en tu comunidad.
Este artículo fue traducido por Pearl Marvell.